Una torre cercana al mar, pero un departamento que no mira al mar. Un piso alto que deja la ciudad a nuestros pies y una inversión para rentar full equip. La paleta de colores busca tomar parte de ese aire de mar para expandir los espacios en este depto de pequeñas dimensiones, pero con todo lo necesario para hacer hogar, allí donde vamos, sin importar cuanto tiempo lo vayamos a habitar.
El mobiliario de líneas frescas acompaña la impronta. Lo justo y necesario. Cálido y acogedor, pero simple y fresco. Entre el cielo y la tierra, el mar, la urbe, la calma suspendida entre las nubes.
